Quizá estés pensando en cómo te afectará el cambio de rutina diaria, el horario, el montón de tareas y trabajo que te espera y todo eso te genere preocupación o algo de estrés… Se te olvidan los días de relax, las pilas cargadas  parece que se descargan en un plis, algo de caos mental, te cuesta concentrarte, sientes cansancio y los ánimos van descendiendo a medida que se acerca el día x.

No todo está perdido. Esas sensaciones pueden evitarse realizando algunas acciones para afrontar el cambio que supone volver de vacaciones y regresar al trabajo.

Evita el mal rollo

1. Huye de las prisas de última hora y vuelve unos días antes para empezar a adaptarte a los horarios de trabajo. Durante esa semana busca momentos para relajarte o pasear tranquilamente.
2. Aprovecha para organizar tu nueva rutina diaria pero lentamente, sin prisa pero sin pausa. Aprovecha para realizar aquellas tareas que te quedaron pendientes y que te van a ayudar a empezar más tranquilamente la semana (coladas, organización del armario, llenar la despensa, leer e-mails, responderlos o clasificarlos…)  Escoge un par de días para hacer esas tareas y deshazte de ellas. Suele pasar que al empezar un nuevo año tenemos ganas de comenzar nuevos proyectos como aprender un nuevo idioma, ir a clases de yoga, etc. Este es un buen momento para empezar a informarse y valorar.
3. Descansa, duerme de 7 a 8 horas y haz algo de ejercicio.
4. Es genial recordar tus vacaciones, eso sí, vigila no quedarte atrapada y perder el presente de vista. Concéntrate en el presente y mira hacia tu futuro. Empieza a pensar en nuevos objetivos tanto personales como profesionales.
5. Deja el trabajo de oficina en la oficina, sobre todo si trabajas desde casa o si puedes acceder durante esos días a tu lugar de trabajo.

No olvides que estas sensaciones post-vacacionales suceden a cualquiera, que son pasajeras y que se deben a los cambio de rutina.

Y tú ¿qué medidas o acciones tomas al volver de vacaciones?