El
cereal es el rey de los alimentos, el producto más sembrado y cosechado en todo el mundo, capaz de crecer tanto en climas muy fríos como muy calientes. Los granos han sido la base de la alimentación de todas las culturas tradicionales, pero desde la Segunda Guerra Mundial, este superalimento ha ido quedando fuera de nuestros menús, debido al aumento de consumo de carne, de granos refinados y sus derivados como el arroz blanco, el pan blanco o la pasta refinada.
Los cereales también han sido redescubiertos por chefs y por la gente joven para los que el valor de un plato está tanto en los ingredientes como en el proceso.
A pesar de que muchos estudios científicos avalan lo buenos que son los cereales para nuestra salud, la mayoría de la gente aún desconoce sus
beneficios. Como alimento, los cereales
nos dan energía. Nos
aportan carbohidratos complejos, que contribuyen a una buena función digestiva y eliminatoria,
vitaminas del complejo B, buenas para el sistema nervioso y la mente, y
otros nutrientes, antioxidantes y minerales.
Analizamos los cereales más comunes:
- Avena: alta en fibra, es el alimento ideal para empezar el día, servida como papilla, aderezada con frutas o frutos secos como almendras y nueces. Muy usada por los colonos que llegaron a Estados Unidos, donde se dice que «la avena construyó América».
- Arroz integral: contiene un equilibrio de nutrientes casi perfecto. Puede consumirse casi a diario en gran variedad de platos.
- Mijo: cereal muy utilizado en la India, Rusia y algunos países de América del Sur.
- Maíz: es el grano entero más conocido y popular en el mundo, tiene un agradable sabor dulce. Es rico en antioxidantes y vitamina A. De Italia nos llega la polenta, hecha con maíz seco.
- Trigo: base del producto alimenticio más importante de la historia: el pan.
- Espelta: Se trata de una especie milenaria de trigo baja en gluten que vuelve a estar de moda.