La natación se trata de uno de los deportes más completos que existen ya que prácticamente intervienen todos los músculos de nuestro cuerpo. Brazos, piernas, cabeza… se mueven a la vez para conseguir desplazarnos dentro del agua. La falta de gravedad también contribuye a mejorar la movilidad y son incontables los beneficios que tiene sobre nuestro cuerpo y nuestra mente. Eso sí, para evitar lesiones es importante practicarla bien ya que cualquier movimiento incorrecto puede causarnos una contractura.
Nadar de forma habitual entre 30 minutos y una hora 2 o 3 veces a la semana ayuda a tonificar los músculos, contribuye a mejorar la flexibilidad y activa la circulación sanguínea. Además, el contacto constante con el agua produce un efecto masaje en nuestros músculos y también en nuestra piel, contribuyendo a moldear la figura y reducir el aspecto de la celulitis de muslos, glúteos, abdomen y brazos. Además, es uno de los ejercicios más completos con los que perder peso ya que si nadas media hora puedes llegar a perder unas 250 calorías. ¡No hay excusa para no nadar!
Además de sus beneficios físicos, la natación tiene numerosos beneficios psicológicos ya que el sonido del agua y el contacto constante con ella nos produce un efecto relajante. También la temperatura del agua –siempre que sea climatizada- tendrá efectos positivos sobre nosotros ya que nos aportará calma y tranquilidad. Así que ya veis que también se trata de una buena terapia contra el estrés.
Esos sí, como os comentábamos, es muy importante practicarlo bien. Aquí van unas recomendaciones:
- Para evitar lesiones, calienta bien los músculos antes de empezar a nadar.
- Escoge el estilo de natación con el que te sientas más cómoda para empezar el entrenamiento (crol o espalda).
- Alterna las distintas modalidades (crol, espalda o braza) y evita que se sobrecargue ningún músculo. Deja el estilo mariposa para los atletas de nivel avanzado.
- Acuérdate de estirar los músculos una vez acabes con el entrenamiento.
- Aplícate tu Thiomucase, en crema o stick, una vez estés ya duchada y cambiada para potenciar los beneficios conseguidos con la natación en la lucha contra la celulitis.
¡Corre, pon en tu bolsa el bañador, las gafas, el gorro, las chancletas y la toalla que la piscina te espera!