Todos los seres humanos deseamos y anhelamos ser felices. Sabemos y entendemos que la felicidad no se encuentra en cosas materiales, sabemos que la felicidad no la vamos a encontrar en los demás sino dentro de nosotros incluso así, buscamos y buscamos y a veces no la encontramos.
Detrás de la felicidad se esconden creencias y valores importantes para cada uno de nosotros, así como hábitos que van a propiciar o empeorar momentos felices. Existen numerosos hábitos “felices” y en este artículo nos vamos a centrar en uno en concreto, el hábito de la gratitud.
La gratitud es una actitud y un sentimiento, agradece estar viva/o.
Robert Emmons en su libro Thanks!: How the New Science of Gratitude Can Make You Happier (¡Gracias!: Cómo la ciencia de la gratitud puede hacerte más feliz), nos invita cada día y durante 30 días seguidos a llevar un diario y anotar en él tres cosas por las que estés agradecida/o. Sólo es necesario papel y lápiz.
Yo me propuse escribir mis tres agradecimientos del día antes de acostarme y me sorprendí de la multitud de momentos y cosas por las que puedo estar agradecida, desde agradecer las verduras y demás ingredientes que me permitieron hacer una sopa riquísima, agradecer las palabras de un cliente que resonaron en mí o agradecer la conversación con una vecina viejita encantadora mientras tendía la colada.
Puedes agradecer infinidad de situaciones, cosas o personas. Agradecer tener agua para ducharte, lavarte las manos o cocinar, agradecer el sol, la lluvia, agradecer que puedes conectarte vía wifi o redes móviles con tu familia, amigos y resto del mundo…
Como resultado de la práctica de la gratitud, además de las ventajas a nivel físico como la reducción del dolor y fortalecer la salud se obtienen ventajas a nivel emocional, más emociones positivas, vitalidad y optimismo, más alegría, más perdón y generosidad, a nivel social, relaciones más satisfactorias y mayor conexión con los demás, mayor descanso, paz mental, eleva el nivel de energía y mejora el nivel de estrés, todas ellas contribuyen a fomentar el bienestar y a un nivel más alto de felicidad.
“La gratitud enriquece la vida humana. Eleva, energiza, inspira y transforma…” Robert Emmons.
¿Cuándo empiezas tu diario de gratitud?