Si uno de tus objetivos cuando llega el verano es conseguir un broceado perfecto y presumir de una piel dorada y luminosa debes cuidártela tanto por fuera como por dentro. A continuación, te explicamos unas sencillas acciones que deberás seguir para mimar tu piel y conseguir los mejores resultados.

• Exfoliación:

Uno de los pasos imprescindibles para conseguir un bronceado duradero y uniforme consiste en exfoliarse, en retirar las células muertas para refinar la piel, eliminar la descamación y minimizar el aspecto de las líneas de la sequedad, que además acentúan la pérdida de hidratación tras la exposición solar.

Nuestra recomendación es que la exfoliación sea un gesto que incorpores a tu rutina de belleza cada 15 días. Puedes utilizar una sencilla mezcla casera con azúcar y aceite de almendras o aceite de oliva, para obtener una mayor hidratación.

Además, aquí te ofrecemos 3 mascarillas naturales que son astringentes e hidratantes ¡Toma nota!

1. El yogur es uno de los productos naturales idóneos para convertirse en una mascarilla facial. Sus propiedades le aportarán luminosidad a tu piel. Solo tienes que extender un yogur natural —sin azúcar— con una brocha y dejarlo actuar durante 20 minutos. Después retira el yogur con agua fría y seca la zona tratada con una toalla limpia con pequeños golpecitos.
2. La papaya tiene propiedades exfoliantes y humectantes si te la aplicas sobre el rostro, orejas y cuello. Solo tienes que licuar su pulpa y aplicártela en estas zonas. Déjala actuar durante 10 minutos y retírala con agua tibia. Es ideal para pieles grasas.
3. Las fresas tienen ácido salicílico que es muy bueno para eliminar las células murtas y estimular la renovación de la piel. Además, tonifica el rostro y previene las arrugas de la piel, así que si las trituras en la licuadora hasta que se forme una pasta y la guardas media hora en la nevera para que coja consistencia, tendrás una mascarilla con una textura ideal para aplicártela con una brocha. Déjala actuar durante 20 minutos y obtendrás una piel más hidratada y nutrida.

• Alimentación:

La alimentación influye en el tono e intensidad del bronceado y en cómo proteges tu piel de la exposición a los rayos de sol. Además, hay ciertos alimentos que incluyen las vitaminas necesarias para estimular la creación de la melanina de tu piel. La calabaza, las espinacas, el pimiento rojo, la zanahoria y los albaricoques contienen Vitamina A, que facilita la intensidad del bronceado. El maíz el brócoli y el kiwi tienen alfacaroteno que facilita la pigmentación de la piel. Los alimentos ricos en vitamina C como los limones, las naranjas, las coles de Bruselas o las fresas minimizan los efectos de os radicales libres que están relacionados con el envejecimiento de la piel; mientras que los alimentos ricos en vitamina E como los frutos secos, favorece la regeneración de la piel.

• Hidratación:

Disfruta todo lo que puedas de los baños en piscina o mar, pero no descuides tus niveles de hidratación. Bebe abundante agua y comprobarás cómo de hidratada se mantiene tu piel.

• Precaución:

Esta es la primera premisa que tienes que tener en cuenta para tener cuidado de tu piel cuando decides ponerte al sol para broncearte. Debes poner especial atención a la franja horaria en la que te expones al sol para protegerte de la radiación ultravioleta que penetra más profundamente en la piel. Y, por supuesto, debes aplicarte protección solar para prevenir y frenar el envejecimiento cutáneo, además de dotarlo de un filtro solar para ayudarla a prevenir la presencia de manchas y quemaduras.

Sigue estas pautas y tendrás tu piel a punto para conseguir un color dorado que aporte calidez a tu piel, unifique el tono de tu rostro, disimule las manchas y matice tus imperfecciones.