Alimentación
Por Vanesa Community Manager
Estar bien hidratada ayuda a nuestro cuerpo de manera global ya que mejora la absorción de vitaminas y minerales, ayuda a la eliminación de las toxinas, regula nuestro aparato digestivo, nos sacia y mejora el aspecto externo, ya que si se consume suficiente agua nuestra piel se ve más tersa y radiante.
El equilibrio es importante
Eso sí, es importante conseguir un equilibro entre las entradas y salidas de líquidos corporales, de lo contrario, se puede producir la molesta sensación de retención. Por ejemplo, se calcula que una persona unos 20ml de líquidos por kilo de peso, eso significa que si pesas 65 kilos debes beber alrededor de 5 o 6 vasos diarios.
Reconocer la deshidratación
La sed no es el único indicativo. Puede ser un ligero cansancio o la sequedad de la piel o de las mucosas. Debemos acostumbrarnos a beber sin razón alguna después de situaciones en las que hemos perdido líquidos: al levantarnos, después de ir al baño o antes de comer o cenar. También cuando suben las temperaturas o después de hacer ejercicio físico.
No sólo agua
El agua es la principal fuente de hidratación, pero otras bebidas también la contienen y pueden ser beneficiosas mientras no alteren nuestro metabolismo. Podemos consumir sopas, caldos, infusiones, zumos o refrescos sin alcohol. En este último caso, es importante saber compensar, es decir, si tomamos un refresco con azúcares añadidos deberíamos tener en cuenta la cantidad total de hidratos de carbono de nuestra dieta.
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