Para entendernos un poco más, la cultura de la dieta se refiere a la obsesión constante con la alimentación y el peso corporal, algo que se ha vuelto común en nuestra sociedad. A menudo, esta cultura se basa en la idea de que el cuerpo ideal es delgado y sin curvas, y que cualquier cuerpo que no se ajuste a ese estereotipo es incorrecto o inaceptable, por lo que hace que haya una gran insatisfacción social en cuanto al cuerpo que habitamos. Para saber si estás en mentalidad dieta, puedes ver si cumples con estos puntos que dejamos a continuación:
- El 7 de enero te pones a dieta para eliminar los ‘excesos' de la Navidad.
- Cuando en abril te apuntas al gimnasio para hacer la Operación Bikini.
- Si usas batidos ‘detox’ o dietas milagros para lograr tu meta.
- Usas cremas y pastillas para bajar de peso.
- Haces deporte para ‘compensar’ comidas.
- Pruebas dietas constantemente.
- Te sientes culpable después de comerte un postre.
- Te saltas comidas y tienes fobia a los carbohidratos.
- Tienes la creencia de que todas las personas delgadas están sanas.
Si cumples con algunos de ellos, sería conveniente que te pares a pensar si esto que haces te sirve para lograr tu objetivo o por contra, cada vez te aleja más y te hace bajar tu autoestima. Porque estar a “dieta” lo que hace es que reduzcas tu interacción social, que te sientas culpable por comer ciertos alimentos, que estés constantemente pensando en todo lo que tiene relación con la alimentación y acabes agotado y esto se aleja mucho de una vida saludable y de poder gozar de un estado de bienestar.
Contra más restricciones, más ganas tendrás de comértelo posteriormente y seguramente en lugar de comer una ración coherente, comerás una cantidad exagerada y de una manera compulsiva. ¿Te ha pasado alguna vez de estar negando una galleta y de repente llegar el día en el que te comes la tableta entera con desespero? Puede que la respuesta sea sí, por lo que sería bueno que leyeras los
6 puntos que vienen a continuación para poder mejorar tu relación con la comida y salir de la cultura de la dieta.
- Intenta no entrar en la mentalidad dieta si aún estás a tiempo.
- Si quieres mejorar tu peso, acude a un profesional y huye de las recomendaciones generalizadas y las dietas milagro, es mejor algo adaptado a ti.
- Invierte tiempo en planificar y cocinar. Existen un montón de procesados saludables que pueden ser de utilidad para comer sano.
- Busca qué valores hacen que quieras mejorar tu peso, es decir, lo haces por salud, por tu familia, para sentirte mejor. Si conectas con el valor esencial, mantendrás durante mucho más tiempo esta forma de comer
- Conecta con tu cuerpo de nuevo, vuelve a sentir hambre de verdad y sed de verdad, para ver qué se siente y decidir entonces cuando comer y cuándo beber y no seguir un patrón impuesto desde fuera, es decir, bebe cuando tengas sed y come cuando tengas hambre y no porque toca.
- Busca otros marcadores de éxito más allá del peso, porque el peso es fluctuante, así que no te fijes en un número, sino busca otras maneras de saber que lo estás haciendo bien, por ejemplo, tu nivel de energía, las piezas de fruta y verdura que consumimos, como te queda el pantalón. Pregúntate ¿si no existiera el peso, como sabrías que lo estás haciendo bien?
Otra cosa a tener en cuenta es que
las metas que nos pongamos deben ser realistas, ya que si nos proponemos tener el peso que teníamos a los 20, cuando ahora tenemos 35, va a ser difícil y poco realista llevándonos a la frustración por no conseguirlo y de esta frustración pasar a un desorden alimentario que aún nos alejará más de nuestro objetivo, haciendo que entremos en un círculo vicioso del que es complejo salir.
Así que huye de las dietas y sigue una alimentación saludable sin ninguna obsesión, esta será la clave del éxito.
