Correr vs andar: las principales diferencias

Seguro que alguna vez has salido con la intención de correr, pero por falta de conocimientos, cansancio o por cualquier otro inconveniente has acabado haciendo la misma ruta, pero andando. Pues bien, debes saber que tampoco es una mala noticia porque caminando puedes llegar a quemar lo mismo que lo harías si estuvieras corriendo. Eso sí, para que andar sea igual de provechoso que correr debes practicarlo de una determinada manera.

Para empezar, debes elegir un calzado cómodo y una ropa adecuada. No valen ni los zapatos que llevarías si fueras a trabajar ni la ropa de la oficina. Cálzate las zapatillas que usas para el gimnasio y vístete con ropa cómoda y transpirable como por ejemplo  unas mallas y una camiseta.

Una vez estás ya preparada para salir y has elegido un sitio tranquilo como un parque es momento de conocer qué factores hay que tener en cuenta para convertir un paseo en una auténtica sesión de gimnasio…

Empezamos por la distancia y el tiempo. Para obtener unos beneficios similares a los de una sesión de running, debemos incrementar la distancia y, en consecuencia, el tiempo que dura la caminata. Los expertos recomiendan que la duración de la sesión esté entre los 45 minutos y una hora unas tres veces a la semana.

La velocidad es también un factor muy importante porque hay que intentar mantener un ritmo constante durante todo el rato que dura la caminata. De esta forma, conseguiremos quemar calorías. Esto hará que tus pulsaciones se eleven y, por lo tanto, la quema de grasa sea más efectiva. Para una caminata de una hora, se recomienda mantener las pulsaciones del corazón entre las 65-75 por minuto.

¡Ahora solo te falta un poco de música que te acompañe durante la caminata y ya lo tienes todo preparado para empezar! :D