¿Eres de las que coloca la cabeza en la almohada y entras en un profundo sueño del que ni un terremoto podría despertarte? ¿O por el contrario el simple volar de una mosca puede llegar a despertarte? Sea cual sea tu caso es posible que tengas la respuesta en tu mesilla de noche. Sí, sí… ¡Lo has leído bien! Y es que si acostumbras a utilizar tu teléfono móvil como despertador puede ser que las ondas que genera no te dejen descansar. En cambio, si lo dejas bien lejos de la habitación es posible que tu descanso se parezca al de un niño.
Dejando de lado ansiedades, preocupaciones y quebraderos de cabeza que te pueden quitar el sueño o incluso cambiar tus biorritmos, el móvil o el wifi emiten radiaciones que pueden afectar a aquellas personas más sensibles. Así lo indican diferentes estudios en los que se asegura que algunos de los síntomas que provoca son dolores de cabeza y dificultades para conciliar el sueño.
Como todavía no existen estudios determinantes sobre las consecuencias de vivir rodeado de estas radiaciones, cada vez son más los expertos que recomiendan dejar el móvil fuera de la habitación y apagar el wifi por la noche. El motivo es intentar no perturbar las horas en las que estamos descansando. Otras recomendaciones que existen son: no usar un radio-despertador, no poner un electrodoméstico en la pared contigua donde tenemos la cabecera de la cama o no cargar el móvil al lado de la cama.
Así que si eres de las que se pone el móvil debajo de la almohada, ya sabes… ¡Déjalo en el comedor! Descansar y dormir bien es primordial para tu salud. :)