Cualquiera que haya intentado definir la palabra felicidad se habrá dado cuenta que no es tarea fácil. En función de nuestra experiencias vividas le daremos uno u otro valor a esta palabra que, nos guste o no, nos condiciona nuestra filosofía de vida y también nuestras acciones.
Quien más quien menos anhela alcanzar la felicidad como ese estado ideal de bienestar infinito donde te pasas el día con una sonrisa en la boca, sientes que la vida te sonríe y que esta sensación durará para toda la eternidad… Pero ¿cuántas de vosotras habéis alcanzado este estado?
Es probable que la dificultad de conseguir esta felicidad resida en la idea de que es un objetivo alcanzable en sí mismo. ¿Qué sucedería si le diéramos la vuelta a esta creencia? ¿No seríamos más felices si empezáramos a pensar que la plenitud se encuentra en las pequeñas cosas? ¡Indiscutiblemente, sí!
Tú puedes cambiar esta percepción con sólo prestar atención a tu día a día. Seguro que cada día está lleno de momentos especiales que te darán la dosis de felicidad que necesitas para vivir con alegría. Si te cuesta un poco encontrarlos, te damos algunas claves para conseguirlos:
– Valora todo lo que tienes: salud, amigos, amor, trabajo… Si te paras a pensar, seguro que consigues sentirte afortunada por tener todas o alguna de estas cosas. No es necesario perder alguna para darte cuenta que antes eras más feliz.
– No te vayas a la cama sin haber estado durante unos minutos contigo misma. Quizá te apetezca repasar tu día, leer un rato, escuchar música o relajar tu mente mientras estás a oscuras en el sofá de casa.
– Sólo el aquí y ahora importa. ¿Verdad que el pasado no lo puedes cambiar? ¿Y el futuro tampoco lo puedes dibujar al 100%? Pues céntrate en el presente y vívelo intensamente. De poco sirve, preocuparse por lo que ya pasó o lo que vendrá.
– Ocupa tu tiempo de ocio. No te cierres en casa cuando salgas del trabajo. Busca un curso, un deporte o una actividad que te ayude a crecer como persona. Aprovecha para hacer ese taller que hace tiempo que te ocupa la cabeza. Te sentirás mejor y conocerás otra gente con gustos parecidos a los tuyos.
– Aunque a veces cueste, dile a tus familiares y amigos más allegados que les quieres. Mostrar los sentimientos no siempre es fácil pero regalarás la felicidad y tu te sentirás feliz por haberlo hecho.
Pero para valorar la felicidad como se merece es importante conocer también momentos menos felices. Sólo de esta forma conseguiremos darle el valor que se merece.
¡Feliz semana!