Tienes tu objetivo en mente, tu hoja de ruta trazada hacia él y de golpe, aparece un obstáculo. ¿Qué haces? ¿Cuál es tu respuesta?
Uno, empiezas a pensar en las diferentes formas para saltar el obstáculo para qué tu plan siga adelante. Piensas en cómo solucionarás el problema y pasas a la acción. Genial.
Dos, empiezas un diálogo interno que te va repitiendo que tú ya sabías que no iba a funcionar. Piensas y te centras en el problema. Pon atención, tu mente puede convertirse en una maraña de palabras negativas y hacer estragos pensando en la multitud de cosas que pueden salir mal.
Ten respuestas
La mayor arma para afrontar una mentalidad negativa es tener respuestas orientadas a la solución de problemas que puedan surgir. Por ejemplo, decides que en tu alimentación vas a consumir menos azúcares. ¿Qué pasará cuando te inviten a un cumpleaños? Va a haber una tarta, no lo dudes.
Una de las tareas convenientes al trazar tu plan de acción para lograr tu objetivo es tener en cuenta qué obstáculos te puedes encontrar y anotar también una lista de posibles soluciones o formas de solucionar que vas a aplicar.
Otra manera de afrontar una mentalidad negativa es tener una visión clara de tu idea u objetivo, para ello es importante seguir las características que todo objetivo inteligente debe cumplir. Tu objetivo debe ser específico, medible, realizable, realista y limitado en el tiempo.
En resumen, ideas a recordar
- Ten una visión muy clara de tu idea u objetivo
- Dedícate de lleno a que esa idea u objetivo para que se convierta en realidad. Sigue tu intuición, ten fe.
- No te escondas en tu zona cómoda, ni te acurruques. Si no hay acción no hay movimiento, no hay crecimiento.
- Ten respuestas orientadas a la solución de obstáculos que puedan surgir.
“Si siempre haces lo mismo que has hecho siempre, siempre obtendrás lo que has obtenido” Larry Wilson