Empieza dándote una buena ducha de agua fría en la zona donde te has quemado. No uses jabón porque este aún puede perjudicar más la piel. De esta forma, sacarás la temperatura elevada. Elimina todos los restos de arena que puedan quedar sobre la piel para evitar infecciones. Y después de la ducha no te seques con una toalla, deja que el agua se seque sola sobre tu piel. Otra opción es ponerte compresas frías sobre la piel.
Si tienes una planta de aloe vera o alguna crema natural que contenga esta sustancia, aplícatela sobre la zona enrojecida. Te ayudará a hidratar la piel y notarás un rápido beneficio.
Bebe muchos líquidos. Aunque parece obvio, a menudo nos olvidamos de hacerlo. Así que ya puedes tener un zumo natural, una botella de agua e ir haciendo pequeños tragos aunque no te apetezca. Piensa que cuánto más bebas, más rápido se hidratará la piel. Lo mismo sucede con las frutas y verduras. Sus altos contenidos en agua y vitaminas son los mejores remedios para una piel achicharrada.
Es importante repetir todos estos pasos a lo largo del día para que poco a poco la piel recupere su estado habitual. Piensa que la tirantez, el escozor y el dolor de la piel quemada tarda en irse entre 24h y 48h. Así que si te has quemado, deberás tener un poco de paciencia y, sobre todo, olvidarte del sol durante unos días.
Todos estos consejos son para pieles que no tienen ninguna ampolla. Así que si te ha salido alguna o te encuentras mal y tienes náuseas o estás mareada, no lo dudes y acude a un médico porque podrías estar sufriendo un golpe de calor.